sábado, 10 de mayo de 2008

Consideraciones iniciales

El riesgo de la Naturalización

“Los ojos de los axolotl me decían de la presencia de una vida diferente, de otra manera de mirar”.
Julio Cortázar

Este artículo pretende realizar un movimiento en pos de una conceptualización nueva, que tiene su origen en los grandes cambios acaecidos en el ámbito sindical durante el pasado año.
Creemos que existe una tendencia a “naturalizar” las teorías explicativas sobre la realidad en el campo psicológico.

Un ejemplo de esto podría ser el manejo de la hipótesis de Aparato Psíquico, como una realidad incuestionable (a modo de axioma), cuando en realidad se trata de un modelo explicativo, “inventado” en determinado momento histórico y cultural para dar cuenta de ciertos fenómenos recurrentes en el ámbito clínico.

Sostener esta afirmación no implica renunciar a tal modelo explicativo ni a su funcionalidad o aplicabilidad en dicho ámbito, pero si implica romper con su naturalización (y consecuente intemporalidad), y sobre todo con la creencia de que tal modelo es un “reflejo” de la “realidad”.

Apelaremos a un autor docente de nuestra casa de estudios: Joaquín Rodríguez Nebot (2004), quien en su libro “Clínica móvil: el Socioanálisis y la red”, ha realizado una interesante deconstrucción de lo que él denomina “clínicas sedentarias”.
El autor no desecha los saberes acumulados por dichas clínicas ni su importancia a la hora de “ponerse de acuerdo” entre profesionales.
Lo que sí critica es la tendencia de estas clínicas a “hacer pasar a los pacientes por determinados lugares prefigurados, prearmados y de que esta manera van a dar siempre, los mismos resultados, dentro del universo simbólico al cual están adscriptos”[1]

En el campo Organizacional, con la multiplicidad de clasificaciones, tipos de Organización, Estructuras, Configuraciones, y dominios lingüísticos en permanente construcción; se corre un riesgo similar. Y este riesgo no es el del recorte y conceptualización de la realidad organizacional -abstracción necesaria para el abordaje en este campo particular de problemáticas- sino que, en ejercicio de su rol, el psicólogo caiga en una mera reproducción de saberes ajenos, en el que exclusivamente existiera un movimiento tendiente a “encajar” las experiencias actuales en modelos previamente construidos, sin un cuestionamiento del mismo ni de la realidad.

El propio Henry Mintzberg, promotor de las Configuraciones sobre las cuales solemos clasificar las Organizaciones, advierte sobre esta temática:
“Nos gusta pensar en esquemas de categorías como si estuvieran determinados por alguna ley natural. Después de todo, los perros son diferentes de los elefantes. Pero cualquier esquema de clasificación es también algo arbitrario (...). En otras palabras, cada uno de tales esquemas es, en cierto grado, una invención del clasificador y existe tanto por la conveniencia de la comprensión”[2]

Más adelante planteará: “En cierto sentido, estas configuraciones no existen en absoluto. Después de todo son simples palabras y dibujos sobre una hoja de papel, no son la realidad misma. Las organizaciones reales son tremendamente complejas, mucho más que cualquiera de estas caricaturas. Lo que éstas constituyen es una especie de teoría, o por lo menos los componentes de una teoría, y toda teoría simplifica necesariamente, y por tanto distorsiona, la realidad. El problema, desde luego, es que en algunas áreas, por lo menos, no podemos arreglárnoslas sin la teoría (implícita cuando no explícita), igual que una biblioteca no puede arreglárselas sin un sistema clasificador.”[3]

Dicho esto, nos abocaremos a un intento de conceptualización, a partir de una metáfora cuyos orígenes residen en el campo de la biología genética y de la zoología: el fenómeno neoténico.

[1] Rodríguez Nebot. J, (2004), Clínica Móvil: el socioanálisis y la red, Edit Narciso-Psicolibros, Montevideo.
[2] Mintzberg, H. (1991): Mintzberg y la Dirección. Madrid, Ed. Díaz de Santos.
[3] Ídem. Pág. 306.